viernes, 16 de diciembre de 2011

EN TIEMPO DE NAVIDAD: PAZ Y AMOR

Se hace necesario hacer una pausa en estos días y volver nuestra vista hacia el nacimiento de Jesús en un pesebre de Belén pobremente junto a sus padres, María y José. El mundo ha perdido la sensibilidad porque el materialismo nos ha nublado la vista y el sentimiento.

En estos días leí en el periódico “Hoy” un artículo de mi amigo Luis Scheker Ortiz: “Cuando la Dignidad Humana cabe en un Triciclo”. Se lo voy a contar, para el que no ha leído, de mis amigos que me leen, les llegue este precioso mensaje: Un triciclero, un hombre mayor, descamisado y sudoroso, cargaba su triciclo lleno de cachivaches por una calle de la ciudad y mi amigo Luis iba detrás y vió como los vehículos conducidos por gente bien en Mercedes y Land Cruiser se desplazaban y le molestaba el triciclero y le tocaban bocina para que los dejara pasar, hasta que el triciclero tuvo que subirse a la cera. Mi amigo se conduele de la situación porque ese era seguramente el pan que llevaba para su casa. Mi amigo bajó el vidrio y extendió la mano para ofrecerle algo que aliviara al triciclero y a él que sintió en ese momento ser parte de ese triste caso. El triciclero al ver la mano de mi amigo Luis ofreciéndole dinero lo detuvo con su mano lleno de callos y le dice “no, dinero no”.

Que esta triste historia, donde las penurias no mortifican el dolor ajeno porque como esta historia hay miles similares todos los días en nuestro país, nos debe obligar a revisar nuestras creencias y conductas. Para ver si este desenfreno que cubre toda nuestra sociedad puede pararse y devolverle a la humanidad el sentido de moral que hemos perdido.

Porque estos últimos años hemos tenido el más voraz de los políticos y el partido más corrupto de los últimos años. La corrupción de la sociedad dominicana se le ha infiltrado el peor de los males “el poder del dinero”, y ante su señorío estamos hoy postrado la mayoría de los dominicanos. Lo más pecaminoso en una sociedad es cuando el dinero justifica todos los males, porque es una fuerza embriagadora y maligna. Y todo esto llega a un país, y se corroe su moral, cuando las autoridades políticas, responsables en la conducción del gobierno, no han actuado con verdadero espíritu democrático ni respeto a la institucionalidad. Por eso, reclamamos claridad en el proceso organizador de las elecciones. Y hay que ponerle atención, porque así lo exigimos todos los dominicanos. Exigirle a la Junta Central Electoral que evite el uso de los recursos públicos para variar la intención del voto, “prudencia y limpieza en el proceso electoral”.

Voy a darme un tiempo en estos días de navidad, dejaré de escribir, para reflexionar y tranquilizar mi mente y mi espíritu. Y ustedes, mis lectores, lo hagan también. Que tengamos paz en esta navidad, época de perdonar y amar. Debemos abrirle el corazón a Jesús e invitarle a nuestros hogares y sentarlo con el corazón en nuestra mesa el día de navidad, pedirle la bendición para nuestros hogares y la de todos los dominicanos.

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